sábado, 15 de noviembre de 2014

Introducción

MATERIALES METÁLICOS DE CERRAJERÍA Y CARPINTERÍA. ACERO INOXIDABLE,
ACEROS PROTEGIDOS Y ALUMINIO

La protección de los componentes metálicos de los elementos constructivos, es hoy en día, un objetivo de primer orden en el campo de la edificación cuando ésta se encamina de forma decidida hacia parámetros de
durabilidad como uno de los factores básicos a tener en cuenta en los proyectos arquitectónicos.

La necesidad de la protección surge por el riesgo de corrosión en los elementos constructivos de naturaleza metálica, en especial los aceros, el aluminio, cobre o zinc, materiales empleados en estructuras, cerramientos
cubiertas y barandillas.

La corrosión presenta un mecanismo propio de reacción electro-química que requiere la presencia de un electro-lito, que en este caso es el agua, con mayor o menor grado de contaminación y en ambientes a su vez muy contaminados, como suelen ser los urbanos de altas densidades y aquellos con instalaciones industriales. La presencia de dióxido de azufre (SO2) y de cloruros (Cl Na), en ambientes industriales y marinos, respectiva o conjuntamente, son los verdaderos agentes contaminantes, junto a humedades relativamente altas, que atacan a los metales generando pérdidas enormes en gastos de mantenimiento,
restauración o sustitución, además de las implicaciones de orden funcional y estético que suelen acompañar a estas degradaciones.


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